miércoles, 13 de junio de 2012

Cash Luna-Fruto, más fruto, mucho fruto


¿Cuántos desean ser más productivos y más fructíferos en la vida?

Cuando uno es productivo, se siente más motivado que cuando no lo es. El fruto que das, aunque no comas tú de él como tal, lo estás dando para alguien más.

Marcos 11:12-13
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez había en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos.
No era tiempo de higos ni tiempo de hojas. La gente que tiene un montón de hojas, pero no tiene nada de fruto es un problema. Esas higueras a Jesús no le agradan. Si vamos a dar hojas, tenemos que dar fruto.

La higuera mide de 4 a 7 metros de altura, tiene hojas poco duraderas, ramas torcidas y encorvadas. La escogen por dos cosas: por su sombra y por su fruto. En otras palabras, se escoge por su servicio. Tenemos que aprender que la belleza no es el fruto que da esa persona, sino que tiene que ser algo que se pueda comer. Hay un proverbio que dice: “La mujer hermosa y sin razón es como un cerdo con un anillo en la nariz”. La verdad, hay mujeres que son hermosas, parecen modelos, pero cuando busca la razón, se nota que tiene un anillo en la nariz.

La razón es la que en parte vivimos en una casa, en una iglesia, y con eso es con lo que tenemos que aprender a vivir, porque toda la belleza se termina.

Marcos 11:14, 20-21
La higuera ahora está seca, no va a tener higos desde la raíz. Todo el mundo piensa que la maldición fue que se había secado, pero esa fue la consecuencia.  La gente piensa que cuando quiebra un negocio fue una maldición, pero la quiebra sólo fue una consecuencia.  La maldición fue lo que Jesús le dijo a la higuera, ésta escucha, aun los mares lo escucharon. Pero cuando Jesús le dijo: “Jamás nunca nadie coma de ti”, esa fue la maldición y ahí fue donde se secó.  La maldición es no tener a quién servir, pero mientras los mismos hijos de Dios no distingan qué es una maldición y una bendición, no podrán dar fruto.
El único que hacía alarde de conocer a Dios fue el que no produjo y fue el que mandaron a las tinieblas. Tenemos que ser más personas de frutos y no de palabras. Los otros no tenían alarde de conocimiento ni hablan en lenguas, pero actuaban.

Que nunca nadie te vuelva a sacar el jugo, que nunca nadie consuma de tu tiempo, que nunca nadie te pida ayuda, que nunca nadie te llame a media noche, eso es una maldición: no tener nada que aportar.

Esa gente que se vive quejando que sólo a ellos los llaman, no comprenden que eso es una bendición y no una maldición.

Cuando menos sientes, las personas crecen y dan fruto. Y damos gracias a Dios porque ha escuchado esa Palabra y ha dado fruto.

Cuando estás dando fruto, paz, amor, benignidad, lo estás haciendo para alguien más. Cuando se habla de fructificad es para alguien más. Lo acepte  o no, Dios me ha dado la vida para alguien más, debo vivir para alguien más y dar fruto para alguien más.
La higuera la maldijo Jesús, no con decirle “sécate”. Sino porque ya no daba fruto, se secó por tristeza, por ser útil.

La maldición no consiste en que te seques, sino en nadie más coma de ti.
Entre más dispuesto estés, duele menos cuando te dicen “quédate”. Pero si no quieres, te pones tan mal y hasta tenso, porque no querías quedarte.

Juan 15:1-2
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto lo limpiará, para que lleve más fruto.

Si te das cuenta, al que le dieron el talento se lo quitó y lo mandaron a las tinieblas.
No hay necesidad de llegar hasta ese punto. En la misma tierra, cuando eres negligente, te despiden y ahí es donde se mira mal todo, porque hay que pagar las cuentas.
La primera orden que el Señor dio es de dar fruto, y la segunda fue de multiplicarse.
Lo primero que el Señor dijo fue: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”.
Di: “Yo soy hecho a imagen y semejanza de Dios”. Lo primero que Dios le habló al hombre fue de su imagen. La Biblia dice que Dios tiene cuidado de todos los cabellos de nuestra cabeza.
Creerte semejante a Dios, no es pecado, es reconocer cómo fuimos creados.
Di “Yo soy semejante a Dios, no soy menos que eso”.

Di “Yo llevaré fruto y luego más fruto”. ¿Cómo paso del fruto a más fruto? Cuando tú das fruto, haces lo que la Palabra dice, pero hay otra  Palabra que dice lo que tengo que dejar de hacer. La Palabra te poda.

Para pasar de dar fruto a dar más fruto; lo que hay en medio es quitar esas cosas que a Dios no le agradan, que tienes que cambiar.

Puedes crecer dando fruto y dejar que recorte la rama. Te tienes que dejar que Dios te pode, que te limpie, y quite lo que no le agrade.

Si no cortas lo que no deja que des fruto, entonces no vas a seguir dando fruto. Termina con lo que no es de Dios, para que puedas dar más fruto.

Juan 15:3-6
Di: “Yo voy a dar fruto, más fruto, mucho fruto; recibiré su Palabra para dar fruto, seré recortado para dar más fruto y voy a permanecer para llevar mucho fruto”.

Juan 15:7
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.  

Cuando tú recibes una Palabra y dices: “No importa si estoy bien, o estoy en crisis, pues esta Palabra permanecerá en mí sin importar lo que esté pasando”.  Cuando permanece esa Palabra, tú llevas mucho fruto. Entonces dice el Señor: “Pedid todo lo que queráis y se os será hecho”.

Pedir no es malo, si esto es lo último de la cadena de dar fruto. Pero hay personas que no quieren dar fruto; sin embargo, sí se acercan a los que tienen fruto para que Dios les responda.

Uno no puede llevar fruto si no está lleno de la Palabra.

Juan 15:8
En esto es glorificado mi Padre, en que lleves mucho fruto y seáis si mis discípulos.

Di: “Los discípulos no llevan fruto, ni más fruto, sino que mucho fruto”.
El Padre es glorificado en lo que pides, porque es una evidencia más que has dado fruto.
Si El no quisiera darte todo, por qué te dice: “Este es el premio de dar fruto: que pidas todo lo que tú quieras”, porque lo has glorificado.

lunes, 22 de agosto de 2011

Pastor José Putzu-La bendición de Vasiarse

Todos llevamos dentro muchas cosas valiosas que podemos compartir. Cada persona tiene virtudes y cualidades que otros necesitan y admiran.  Somos como recipientes que tienen forma y propósito. Contenemos algo que es necesario dar a los demás.  Por ejemplo, cuando nos duele el estómago, buscamos una medicina y abrimos el recipiente para tomar lo que contiene y sentirnos mejor. Nosotros somos iguales, somos recipientes llenos de bendición para nuestras familias, nuestra pareja y nuestro trabajo. Algunos tienen don de sanidad física, se preocupan porque a nadie le duela nada; otros tienen capacidad de sanar el corazón de las personas y confortar con sus palabras de aliento. Conozco un amigo que es un recipiente de ayuda y consuelo, tiene un don de Dios. Todos somos portadores de cosas buenas y no debemos guardárnoslas. Las empresas están llenas de personas con rasgos positivos por dentro. No serás de utilidad para otros a menos que estés dispuesto a abrirte.Leer Mas

domingo, 21 de agosto de 2011

El Tabernáculo Morada de Dios, Con el Pastor Benny Hinn.


El Tabernáculo Morada de Dios, Con el Pastor Benny Hinn.
este es un video, donde Benny Hinn nos enseña, que Representa cada Parte del Tabernáculo, en nuestras vidas y de Dios.cada parte tiene un signifidado valioso, que espiritualmente nos lleva a otro nivel.
Difruta de este video y Comparte con tus allegado, en facebbok o por E-mail o de la manera que Quiera , lo Importante es que comparta y Bendiga otras vidas.

viernes, 19 de agosto de 2011

Cash Luna-Todo comenzó con una Ofrenda

Para alcanzar buen testimonio, como los hicieron los hombres de los que nos habla Hebreos 11, debemos ejercitar nuestra fe. Solamente esforzándonos y creyendo podremos dar testimonio de la grandeza del Señor quien nos exaltará. La Palabra nos habla que Abel alcanzó buen testimonio incluso después de muerto porque ofrendó con fe y excelencia. Caín y Abel era hermanos, pero uno alcanzó excelente testimonio porque dio mejor sacrificio. Si quieres diferenciarte de los demás, hazlo todo mejor que otros, tal como Abel lo hizo. Para ser recordados y levantados, debemos ofrendar y trabajar como los héroes de la Biblia lo hicieron. Del listado de obras de los héroes, Abel es el primero que aparece porque ofrendar es importante, tanto así, que es el ejemplo inicial de un hombre a quien Dios recordó y levantó. Cuando ofrendas, el Señor te ve con agrado y te exalta. Ofrendar es poderoso y es la mejor forma de honrar a Dios.  El enemigo lo sabe y por eso ataca de tantas formas tu deseo de darle al Padre. Abraham  fue otro hombre que supo ofrendar al Señor lo más amado y precioso que tenía: su hijo Isaac, aunque luego les envió un carnero para sacrificarlo en lugar del muchacho. Muchas veces, en momentos de aflicción, le pedimos a Dios que nos fortalezca con la fe de Abraham, pero eso exige que demostremos tener el mismo carácter y la misma capacidad de ofrendar. La obediencia a lo que el Señor pedía le valió a Abraham la bendición de su descendencia que fue victoriosa por generaciones. Con tu ejemplo, enséñale a tus hijos a trabajar para el Señor y ofrendarle. Gedeón es un tercer ejemplo de carácter para ofrendar. Cuando Dios lo llamó para que liberara a Su pueblo de los madianitas, él se sentía débil y puso excusas reales, ya que su familia era pobre y él era joven, inexperto. Sin embargo, nada es excusa para salir adelante, mucho menos la pobreza que debe ser una motivación para superarla. Entonces, leemos que Dios le asegura que estará con él, así que Gedeón le pide que no se vaya porque le llevará ofrenda. Decir que no tenemos recursos no es razón para dejar de ofrendar. Quien más necesita cosechar es el que más debe sembrar. Yo me quebranto cuando veo niños que se acercan con sus alcancías para darle al Señor lo que tienen. Te aseguro que Él los exaltará porque ha visto su corazón generoso. Si quieres que Dios te respalde como a Gedeón, demuestra que tienes el corazón de ese hombre quien le ofrendó a pesar estar en grandes dificultades. Abel, Abraham y Gedeón tienen en común que comprendieron el valor de la ofrenda. Cuando honramos a Dios y ejercemos el sagrado acto de ofrendar, hacemos que Él vuelva Sus ojos a nosotros para que produzcamos grandes resultados. Jesús fue ofrenda y sacrificio en olor fragante, la más santa, la que nos salvó. Si Dios ofrendó a Su propio hijo, nosotros debemos dejarnos de excusas y ofrendar. En Filipenses 4: 17-18 vemos que Pablo califica las ofrendas como “olor fragante”, así como Efesios 5 describe a Jesús. Las ofrendas son agradables para Él, tanto como Su propio Hijo. Darle al Señor no se trata respetar la ley de Moisés, sino de atender el corazón de Dios que desde el inicio de los tiempos nos ha enseñado que debemos honrarle y sembrar para recibir. Él desea mostrar a Su pueblo lo que es capaz de hacer con quienes saben ofrendar como Abel, Abraham, Gedeón y muchos otros héroes de la Biblia. Ofrenda con un corazón sincero y agradecido para que seas bendito en tu entrada y salida, para que tus generaciones sean levantadas como personas justas, que el mal no toque tu vida y la luz resplandezca en medio de tu familia.
Génesis 22:1-14 habla sobre la ofrenda de Abraham: Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.

 Génesis 22: 17 completa: de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.
 Jueces 6:15-18 nos dice sobre Gedeón: Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.
 Efesios 5:1-2:  Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
 En Filipenses 4:17-18: No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Pero todo lo he recibido, y tengo


Ministerios Cash Luna

jueves, 18 de agosto de 2011

Cash Luna-Anticipando Mi Victoria


Luego de la muerte de Moisés, Dios le habló a Josué para que guiara al pueblo a la Tierra Prometida. No le dijo que hiciera luto o que se deprimiera, al contrario, le dijo ¡levántate y haz la obra! Porque Él lo acompañaría de la misma forma que estuvo con Moisés (Josué 1:1-5).  Muchas veces nos estancamos porque hay cosas que mueren  y nos deprimen. Puede ser una persona querida o un sueño que no se ha cumplido. Esto sucede porque al proponemos hazañas, los enemigos se levantan y debemos anticiparnos positivamente a la victoria. Así que tendrás que pelear la buena batallo contra ellos y vencer para la honra de tu Señor. Deja de lamentarte y levántate porque Él te ayudará pero tú debes tomar acción en Su nombre. Dios también le dijo a Josué que nadie podría hacerle frente en todos los días de su vida. Esto significa que tendría que afrontar dificultades pero que triunfaría. Se anticipó a la victoria, tal como debemos hacerlo nosotros.Leer Mas