viernes, 11 de marzo de 2011

Cómo ser "TÚ" de forma exitosa - Parte 2


¡Saludos Queridos Amigos!   

A lo largo de nuestra vida, pasaremos por circunstancias que van a "probar" nuestra fe. Si nuestra vida ha sido plantada lo suficientemente profundo en la tierra enriquecida con la Palabra de Dios, la condición de nuestra mente y corazón será lo suficientemente fuerte y sana para perseverar a través de los tiempos difíciles.

Somos tan fuertes cómo lo es nuestro eslabón más débil. Nuestra disposición para buscar constantementeen nuestro corazón para determinar si está libre de las tinieblas es esencial. Al estar claramente en sintonía con los caminos de nuestro corazón, sabemos la profundidad de la conexión que tenemos con la Palabra de Dios. No tenemos una fuerza interior para cambiar por nosotros mismos. La condición de nuestro corazón es influencia para que el cambio real suceda o no suceda. Al estar conectados nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios, el cambio que perdura es posible.Randy - Explaining - Blk with blue

Tu amigo,

Randy O. Morrison



1. Debemos ver que hay en el interior

El curso y el resultado de nuestra vida, es en verdad cuestión de "las intenciones de nuestro corazón".Jeremias.17:9-10 nos dice que el descubrir el verdadero motivo del corazón es necesario para darnos cuenta quienes somos en verdad y por qué hacemos lo que hacemos. Al darnos cuenta de la realidad de nosotros mismos y al examinar los motivos del corazón, las bendiciones de Dios son posibles. El arrepentimiento ablanda nuestro corazón para que la Palabra de Dios guíe nuestra vida.

Recuerda, Cuando nuestro corazón esta desprotegido por la verdad de la Palabra de Dios, se corromperá por la honestidad. Si no estamos totalmente entregados a Dios, no podemos rendir nuestra confianza a los motivos de nuestro corazón. Es Dios quién discierne los motivos de nuestro corazón y los procesos de nuestra mente.
2. Se mide de forma distinta...

El éxito no depende de la opinión de los demás, no se mide con los estándares de la sociedad, no se basa en riqueza material ni en buenas acciones. El éxito empieza con lo que tenemos dentro de nosotros. Se define por los estándares que estableció Dios para nuestra vida. Al poner esto en acción, las fronteras del éxito verdadero son ilimitadas.

Recuerda, no somos exitosos nada más porque alguien más lo diga, ni por vivir a la expectativa de los demás. Nos convertimos dependientes de las opciones de los demás al vivir basados en los estándares de actividad de la sociedad.

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