jueves, 17 de marzo de 2011

GUERRA DE DIOSES




 GUERRA DE DIOSES

Apóstol Rony Chaves

Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. 
Isaías 14: 13-14

Desde antes de la creación del primer hombre Adán, ya existía un conflicto universal. Este conflicto surgió en la eternidad entre la criatura más bella de la creación, llamada Lucero (hoy satanás) y su Creador.
Lucero o Lucifer, fue un querubín encubridor o protector de la Gloria de Dios. El fue creado con la habilidad de dirigir la adoración de toda la creación hacia el Creador Todopoderoso, Jehová . Para el día en que fue creado, Dios preparó los instrumentos y principios musicales que regirían por los siglos de los siglos Su alabanza: “....los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para tí en el día de tu creación” Ezequiel 28:13b.
Lucifer fue creado para dirigir la adoración hacia el Trono de Dios. Su privilegio era ser el Gran Director de Alabanza del Universo; su obligación era conducir a todo lo creado hacia la Persona de Dios. Su responsabilidad mayor era mostrar el camino de la adoración a todas las criaturas del Universo. Su lugar era prominente entre los ángeles, el se paseaba entre ellos: “ Tu, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas” Ezequiel 28:14.
El era el sello de la mano creativa de Dios. Era la criatura más hermosa e inteligente del Universo. Jehová con Lucero había puesto el sello o aval a su perfección y creatividad: “Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe.....” Ezequiel 28: 12b, 13ª.
Como un conductor de adoración estaba al frente del ministerio de la creación, pero no para recibir la gloria, sino para llevarla hacia el Todopoderoso. Aleluya.
Continuamente, a cada instante, él ministraba a Jehová con los ángeles y las demás  criaturas. El llevaba los aplausos, las loas, la música y la exaltación hacia el Trono del Omnipotente. Curiosamente albergó en su corazón la idea de recibir esa gloria y esa alabanza para sí mismo. Se fijó en él, en su belleza e inteligencia y concibió maldad y rebelión. Creyó que podía ser como el Dios Altísimo y recibir los honores del Creador: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” Ezequiel 28:17ª.

Esta iniquidad es la que llamamos “Síndrome de Lucifer”. Es una enfermedad que ataca a las criaturas de Dios y los mueve al orgullo de su propia belleza y esplendor y les lleva a la rebelión contra Dios, sintiéndose dioses. Hollywood y el Deporte están llenos de estos enfermos. Son humanos dotados de habilidad y talento para ser usado en la alabanza al Señor y lo están usando para alimentar su propio ego o para alabar a satanás y al mundo.
Al ver satanás la adoración que se le daba a Jehová, la quiso para él. Trabajó a muchos ángeles de alto rango para unirlos a la rebelión y los contrató, prometiéndoles un buen lugar en su reino de tinieblas: “Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, ...” Ezequiel 28:18ª.

El orgullo y la rebelión fueron sus grandes pecados. Fue destituido de su ministerio y posición. El poder y brillo le fueron quitados y fue sacado del Cielo. Su lugar ya no se halló mas en las moradas del Eterno, sino que fue cortado, debilitado y lanzado por tierra “ ¡Como caíste del cielo , oh Lucero, hijo de la mañana!. Cortado fuiste por tierra, tu que debilitabas a las naciones.”Isaías 14:12.

Toda su sabiduría se corrompió y descendió a niveles infernales:  “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”. Isaías 14:15.

Por cuanto el gran anhelo de Lucero era ser como Dios y sentarse en Su Trono, obviamente para recibir adoración, es que tramó la rebelión contra la Máxima Autoridad. Ejerció su influencia y contaminó a muchos ángeles orgullosos, anhelantes de posición y de alabanza igual que él. Esto le llevó a hacer pactos con ellos, alianzas o contratos por posiciones en su reino.
“A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste”.Ezequiel 28:16ª.

Esta influencia de egolatría, rebelión y orgullo fue tan grande que arrastró a la tercera parte de los ángeles creados por Dios, los cuales son llamados por Job en el capítulo 38 y verso 7 “estrellas del alba” y a la vez hijos de Dios, presentes en la creación del planeta y quienes daban gloria al Creador en la hora de originar la tierra.

“También apareció otra señal en el cielo; he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra”. Apocalipsis 12:3-4ª.

Desde aquella rebelión, a Lucero o Lucifer ya no se le conoció con su nombre original, sino como diablo o satanás que significa “adversario de Dios”. El es representado en la Biblia como el dragón. Por su rebelión fue echado del cielo: “...por lo que yo te eché del monte de Dios y  te arrojé de entre las piedras del fuego,, oh querubín protector”. Ezequiel 28:16b.

Desde aquel instante en que satanás fue lanzado fuera del Tercer Cielo y se vino a rondar en el Segundo Cielo (regiones celestes), se inició una guerra universal por la adoración de la creación.

Esta vino a ser entonces una “Guerra de Dioses”. Una guerra espiritual entre el Espíritu Santo de Dios y el espíritu maligno de satanás.

La intención de satanás de recibir gloria y su rebelión contra el Señor  provocó una guerra en el “mundo espiritual superior” que afectaría ineludiblemente al “mundo natural inferior”. Esto sería una guerra primero en el ámbito espiritual y luego en el ámbito natural. Satán trataría de conquistar la adoración de la creación. Esto originó el conflicto espiritual más increíble. Esta sería una guerra de siglos por la adoración y el trono del Universo. Esta vendría a ser entonces: “Una Guerra de Dioses”; una guerra entre el Único Dios Verdadero Jehová y una criatura soberbia llamada satanás.

El conflicto de las naciones hoy sólo es el campo de batalla. La problemática  que envuelve a los pueblos de la tierra (guerras, pestes, terremotos, etc.) sólo es una manifestación de esta guerra espiritual en el campo de lo natural.

Siglos y siglos después de la rebelión, aun los ángeles están en pie de guerra. Esta sigue siendo una guerra por la adoración. Una verdadera “Guerra de Dioses”.

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