miércoles, 12 de enero de 2011

¡Cuando los corderos se convierten en leones!

Cuando los corderos se convierten en leones... A lo largo de las Escrituras, Dios se dedica a la aplicación de metáforas e ilustraciones para contextualizar el relato de la verdad o el principio eterno. Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila (Ezequiel 1:10). En Apocalipsis 4:7 dice: “El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando”. Por supuesto, los atributos y las cualidades de nuestro Señor se asemejan a los de estos animales. Hay cuatro animales en la Escritura que se destacan como los pozos proféticos de los que podemos extraer y activar la unción correspondiente. Primero, el cordero, este representa santidad, mansedumbre y sumisión. Sin embargo, hemos descubierto en la Palabra que cuando una oveja es esquilada y lavada, da a luz el doble, y nunca será estéril. Cantares 4:2 dice: Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna entre ellas estéril. Dios nos dijo que cuando le permitimos quitar de nosotros las cosas que no nos pertenecen, nos recompensará con una doble porción y nada en nuestra vida será estéril. No más sueños, relaciones ni oraciones estériles. Todo alrededor de nosotros será fructífero. Oh, pero no podemos parar en la unción del Cordero. Pues entendemos que el cordero que fue inmolado regresa como el León que reinará. El Cordero sacrificado se convierte en un León reinante. Ese es el problema con ciertas personas en el mundo y en la Iglesia. Ven a Jesús como un cordero, frágil y asesinado. Pero tengo noticias para usted, el Cordero, Cristo, no está muerto en un madero, brilla reinando a la derecha del Padre. Nuestro Dios no es una caprichosa, melancólica y derrotada deidad digna de nuestra lástima; es triunfante, poderoso, majestuoso y ¡el Rey digno de nuestra alabanza! En Apocalipsis 5:5 dice: Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido. No llores más por tu familia, el León ha triunfado. No llores por tus finanzas, el León ha triunfado. No llores más por el día de mañana, el León ha triunfado. Él es a la vez un cordero y un león. Cuando recibimos la unción del León entendemos que somos corderos y leones. Ese es el problema, tenemos que entender que cuando estamos delante del Señor, debemos activar la unción del Cordero. Pero cuando nos acercamos al Diablo, a nuestros problemas y tormentas, no lo podemos hacer como un cordero, ¡tenemos que hacerlo como un león! Permítame ilustrarle. Algunas personas se acercan al enemigo cabizbajo, en una posición de debilidad y sintiéndose intimidados. Ante de Dios, soy un cordero, ante el diablo, ¡soy un león! Es hora que los corderos se conviertan en leones. En una reciente película de Robin Hood, el director captó esta verdad bíblica y la plasmó en el mensaje. Hasta Hollywood entiende la poder de la Palabra de Dios. Algunos han permitido que la zorra les robe su victoria, la serpiente ha envenenado sus sueños y los lobos han devorado su gozo. Bueno, ¡es hora de levantarse de nuevo! Dios está ungiendo una generación de leones que se levantarán y reinarán con valor y justicia. ¿Por qué los leones? ¿Por qué Cristo es descrito metafóricamente como un león? Él no es cualquier león, es el León de la tribu de Judá. Es el león de la tribu de la ¡alabanza! Espera, National Geographic dice que la herramienta más poderosa que posee el león no son sus garras o como algunos creen, sus dientes. Más bien, es su rugir, según National Geographic, los leones ganan la mayoría de sus batallas con su rugir. ¿Entiende? Hay algunas batallas que las ha luchado con sus manos, todo porque se negó a luchar con su alabanza. La alabanza no es un ejercicio de exuberancia emocional. Usted no alaba para sentirse bien, alaba para que el diablo se sienta mal. No se alaba después de la victoria, se alaba con el fin de obtener la victoria. ¿Por qué cree que en Jueces capítulo 1, la tribu de Judá siempre iba primero? La alabanza siempre va primero. Aconteció después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos? Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos (Jueces 1:1-2). “Tú, Judá, serás alabado por tu hermanos; dominarás a tus enemigos, y tus propios hermanos se inclinarán ante ti. Mi hijo Judá es como un cachorro de león que se ha nutrido de la presa. Se tiende al acecho como león, como leona que nadie se atreve a molestar. El cetro no se apartará de Judá, ni de entre sus pies el bastón de mando, hasta que llegue el verdadero rey, quien merece la obediencia de los pueblos” (Génesis 49:8-10 NVI). Pare, me gustaría que entienda esto. Dios está levantando una generación con la unción de Apocalipsis 5:5 y Génesis 49. Estar bajo la unción de un león es ser valiente, y Judá significa alabanza. Dios está levantando una generación de adoradores valientes. A menudo, me refiero una historia de la National Geographic de un león que fue a la conquista y su enemigo le tendió una emboscada. El león fue herido casi de muerte y sus cachorros estaban a su lado junto con el alimento que había atrapado. Cuando los enemigos se acercaron para tomar sus más valiosas posesiones, el león sacó de su arsenal la última arma que le quedaba: un rugido que aunque quebrado, seguía siendo un rugido. Inmediatamente, todos los enemigos se dispersaron, el narrador dijo que sabían que mientras el león rugiera no podían quitarle sus pertenencias. El enemigo de su alma y propósito entiende que mientras usted tenga alabanza en su boca, no puede quitarle lo que le pertenece. No sólo eso sucedió, sino que el territorio del león se duplicó como consecuencia de sobrevivir el ataque. ¡Es hora que los corderos se conviertan en leones!

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